Operaciones combinadas en la conferencia de Teherán

Los orígenes de los desembarcos de Normandía

Creación de las “Operaciones Combinadas”


La insignia de Combined Operations británicas (Operaciones combinadas) durante la Segunda Guerra Mundial, que conecta los tres ejércitos: tierra, aire y mar.

El primer ministro inglés, Winston Churchill, estaba convencido  de que la única forma de derrotar a los alemanes era combatir contra ellos directamente en territorio francés.

Para llevar a cabo esta misión de manera exitosa, estableció tres objetivos. Para empezar, preparar una operación militar lanzada desde Inglaterra, que eliminara de manera definitiva la amenaza de que los alemanes invadieran territorio británico.

En segundo lugar, la armada británica, muy  debilitada por desde el inicio del  conflicto, necesitaba un nuevo tipo de entrenamiento y equipo. Por último, a toda costa se debería aprovechar al máximo el extraordinario poder económico e industrial de los Estados Unidos.

Para 1939, el inicio de la Segunda Guerra Mundial para Francia e Inglaterra, sus respectivas armadas no tenían experiencia ni naves para realizar operaciones anfibias, ni tenían mucho conocimiento de la importancia estratégica que podría tener un desembarco en territorio europeo.

Churchill creó por tanto una organización llamada “Operaciones Combinadas”, con el objetivo de poder disponer de unidades militares que fueran capaces de efectuar operaciones de asalto sin equipo pesado, de manera directa y eficaz en puntos sensibles del frente enemigo.

Así es como el primer ministro británico propuso la creación de las primeras unidades especializadas de asalto (llamadas ahora comúnmente “comandos”), que comenzaron a operar desde julio de 1940. Las primeras operaciones exitosas de estas unidades se efectuaron en la isla de Guernesey.

En Octubre de 1941, Winston Chirchill le pidió a un joven capitán, Lord Mounbatter, que fuera del líder de la nueva organización de “Operaciones Combinadas” con las siguientes instrucciones: “Debes preparar la invasión de Europa, porque a menos que llevemos la lucha contra Hitler a tierra firme, nunca ganaremos esta guerra”.

La Conferencia de Teherán

Los rusos, que enfrentaban entonces dentro de su propio territorio a un feroz enemigo, pidieron ayuda a las fuerzas aliadas, especialmente de los americanos, que entraron a la Guerra después del ataque japonés a Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941. Los rusos solicitaron que les mandaran todo tipo de ayuda de equipo pesado (tanques, aviones) y equipo ligero (armas, municiones, combustible).

Pero eso no era suficiente. Después del punto de quiebre en el ataque alemán en la Batalla de Stalingrado en 1942, el Ejército Rojo empieza a reconquistar el territorio perdido en las batallas anteriores. Sin embargo, la confrontación sigue siendo extremadamente dura para las tropas soviéticas, por lo que Stalin convoca a los líderes Aliados a una reunión para tomar decisiones esenciales de tipo militar.

De esta manera, por primera vez se reúnen los tres jefes máximos de los países Aliados (Roosevelt por los Estados Unidos, Stalin por la Unión Soviética y Churchill por la Gran Bretaña), para tomar decisiones militares en contra de El Eje. Esta reunión se llevó a cabo en Teherán, la actual capital de Irán.

Esta reunión comenzó el 28 de noviembre de 1943 y terminó el 1 de diciembre. En ella, los jefes de estado, por propuesta de Stalin, decidieron preparar una vasta ofensiva que permitiera abrir un segundo frente en Europa occidental.

La conferencia de Teherán terminó sin ningún acuerdo firmado. Churchill propuso atacar en los Balcanes, y los americanos sugirieron a su vez una operación llamada “Jubileo”, una operación anfibia de desembarco cera de la ciudad de Calais, Francia, durante el verano de 1942.

Lo que quedó claro como resultado de la reunión fue la necesidad de abrir un segundo frente en el oeste de Europa. Con este objetivo en mente, los soldados aliados trabajando en las “Operaciones Combinadas” aceleraron sus preparativos. Otra cosa que se vio necesaria fue  que el ataque comenzaría desde Inglaterra por razones logísticas. Lo que había que decidir era el punto de desembarco, buscando una ubicación lo más cercana al territorio alemán y con condiciones de desembarco aceptables.

Las costas del Atlántico eran lejanas y además estaban llenas de submarinos alemanes, los famosos y peligrosos U-Boot. Lo mismo ocurría con las costas de Britania, mientras que en las costas belgas, las corrientes marinas son demasiado fuertes y podían hundir muchas naves antes de llegaran a tierra. Por su parte, el problema de desembarcar en Holanda es que sus tierras bajas podían ser fácilmente inundadas, dificultando en gran medida el desembarco de equipo. Por estas razones, lo más factible era desembarcar en el norte de Francia.

Batalla de Dieppe



La Batalla de Dieppe en agosto de 1942 le fue asignada a la 2ª división canadiense, apoyada por los nuevos tanques Churchill de 40 toneladas, que debían tocar tierra justo frente al objetivo, mientras los comandos atacarían por los flancos para neutralizar las baterías empotradas en los riscos de la costa. Sin embargo, la Marina Real no quería poner en riesgo sus grandes buques, por lo que el ataque no fue precedido por ninguna operación de artillería naval.

Por este motivo, los canadienses fueron desembarcados en la playa totalmente expuestos al fuego enemigo, y sólo algunos soldados lograron cruzar el bordo de concreto e infiltrarse a la ciudad.

Los refuerzos que se habían preparado para la batalla, finalmente no fueron enviados, pues los Aliados principalmente lo que querían era hacer una “prueba” de ataque al Muro del Atlántico. Los movimientos enemigos fueron observados, medidos y analizados para preparar un ataque posterior a gran escala.

Esos soldados canadienses y británicos fueron sacrificados entonces para permitir a los Aliados recolectar información para el gran desembarco.

Conferencias aliadas

Los tres líderes de los países aliados (Roosevelt para los Estados Unidos, Churchill para Gran Bretaña y Stalin para la Unión Soviética) regularmente celebran consultas a distancia y comparten sus intenciones políticas y militares. Durante estos intercambios, Churchill deja en claro a sus homólogos que él no está a favor de una gran ofensiva lanzada directamente desde Gran Bretaña, porque teme que su nación vuelva a pagar la tribu a esta guerra. Los Aliados luego comenzaron una estrategia periférica para derrotar a los ejércitos alemanes y lanzaron la Operación Antorcha en el norte de África en noviembre de 1942.

Del 13 al 14 de enero de 1943, Roosevelt y Churchill se reunieron en Casablanca para decidir sobre nuevas operaciones y confirmaron la estrategia periférica al planear la continuación de los combates en el Mediterráneo con un desembarco en Sicilia. Stalin está ausente en esta conferencia, está ocupado con la Batalla de Stalingrado.

Después del cambio de la Batalla de Stalingrado, que termina en febrero de 1943, el Ejército Rojo captura los territorios perdidos en batallas anteriores y avanza hacia el oeste. Sin embargo, el conflicto sigue siendo extremadamente difícil para las tropas soviéticas: Stalin renueva su pedido a los líderes aliados de reunirse para adoptar una estrategia frontal para abrir, finalmente, un segundo frente hacia el oeste. Quiere la apertura de este segundo frente para el año 1943 pero, en la conferencia de Washington del 11 al 26 de mayo entre el presidente de los Estados Unidos y el primer ministro británico, la ofensiva está programada para el año 1944.

Del 17 al 24 de agosto de 1943, Churchill y Roosevelt se encontraron en el Cuadrante codificado de la conferencia de Quebec. Planean la apertura del segundo frente, eligiendo su fecha, su ubicación y el nombre de la operación: se llama «Overlord» y está inicialmente programada para el 1 de mayo de 1944, lo que satisface enormemente a Stalin. Los ministros de relaciones exteriores de los tres países se reúnen en Moscú del 19 al 30 de octubre para confirmar y refinar estas elecciones militares.

Por primera vez, del 28 de noviembre al 2 de diciembre de 1943, los tres líderes aliados se encontraron cara a cara para tomar decisiones militares conjuntas y coordinar mejor sus esfuerzos contra las fuerzas del Eje, comenzando con el lanzamiento de ‘Overlord y en los meses siguientes. Esta reunión tiene lugar en Teherán, la actual capital de Irán.

Churchill, fiel a su estrategia de ataque periférico, renueva su petición de liderar un ataque aliado del Mediterráneo, golpeando así al «vientre blando» de Europa, pero esta solicitud falla: ferviente anticomunista, Churchill desea sobre todo reducir la influencia política de las tropas soviéticas en los Balcanes. Las relaciones entre el primer ministro británico y Stalin son tensas y no hay confianza entre los líderes. Después de muchas negociaciones, los Aliados finalmente optan por Europa occidental, la ubicación exacta del desembarco aún no se ha definido, aunque se prefiere la región noroeste de Francia.

Este acuerdo en principio entre los líderes políticos aliados permite que los militares comiencen su trabajo preparatorio para elegir el lugar de desembarco, teniendo en cuenta las lecciones de las «operaciones combinadas» ya realizadas contra las fortificaciones alemanas en Europa y el Mediterráneo. Una cosa es cierta, el asalto será desde Inglaterra, por razones logísticas.

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