La aviación alemana en el Día D – Normandía
Operaciones de la Luftwaffe el 6 de junio de 1944
Los escuadrones se desplegaron en Normandía el 6 de junio de 1944
El 6 de junio de 1944 sólo estuvieron presentes los escuadrones I/JG 2, I/JG 26, III/JG 26 y Stab.
El escuadrón I/JG 2 Richthofen voló con sus 19 aviones FW 190 hacia la costa de Normandía, armados para la ocasión con lanzacohetes. El teniente Fischer de la III/JG2 se atribuyó la responsabilidad de un exitoso impacto sobre un buque aliado de la clase Victory.
El I/SKG 10 participó en la noche del 5 al 6 de junio de 1944 y el marcador muestra cuatro bombarderos Lancaster aliados destruidos. El SKG 10 reclamó su primer Lancaster a las 05:01 del 6 de junio en el área de Isigny-sur-Mer.
El IV/JG 3 voló todos sus aviones en Normandía. Estas unidades estaban especializadas en la lucha contra los bombarderos aliados.
Tres Henkel 177 del KG 30 despegaron de Burdeos para una misión de bombardeo nocturno (el objetivo era la cabeza de puente), pero los tres aviones fueron derribados por Mosquitos Aliados (que operaban en apoyo de los cazas) antes del inicio de su operación.
Para el día del 6 de junio, las reclamaciones del SKG 10 y del JG 2 terminaron alrededor de las 9 de la noche con 23 reclamaciones. Los refuerzos llegarían en gran número en los días siguientes: 200 cazas adicionales a las 36 horas del Día D y otros 100 antes del 10 de junio.
La intervención más publicitada
En el libro de Cornelius Ryan «The Longest Day» se dio especial cobertura mediática a una operación en la que intervinieron dos aviones alemanes, llevada a cabo por el Geschwaderkommodore Joseph Priller del JG 26. Priller y su copiloto, Heinz Wodarczyk, fueron los únicos miembros del JG 26 que ametrallaron las playas aliadas durante las operaciones de desembarco, concretamente Sword y Juno Beach. Fueron los primeros en entrar en contacto con las tropas desembarcadas. Los demás aviones de la escuadrilla, con base en el norte de Francia, realizaban misiones en Alemania contra los bombardeos aliados. Los dos pilotos de la Luftwaffe estaban convencidos de que no regresarían, pero lo hicieron.
En el momento de su paso, no había ninguna defensa antiaérea (AAD) ya aterrizada y lista para disparar. Pasaron a baja altura y no fueron molestados por los cazas aliados que volaban a mayor altitud.